Seguro que hay una frase que has escuchado millones de veces. La gente dice que el dinero no es importante y que no da la felicidad. Sin embargo, esas mismas personas sueñan con poder conseguir algún día una economía mejor o que les toque la lotería.
Otra cosa que seguro has vivido en alguna ocasión es la situación incómoda que sientes o sienten los demás a la pregunta de ¿cuánto ganas? Es un tema tabú, incómodo y que parece algo políticamente incorrecto.
Las creencias limitantes son las que actúan en estas y otras muchas situaciones. Hablar de dinero no es malo y hay que perder el miedo a hacerlo.
Por lo general, las personas que no les gusta hablar de dinero y que lo ven como algo egocéntrico, avaricioso, por no decir adjetivos más subidos de tono, son personas que viven en escasez económica. Suelen ser personas que tienen unas creencias que no van de la mano con los deseos que tienen.
Si el dinero se ve como algo malo, que cambia a las personas que lo poseen, etc. y por otro lado buscas un golpe de suerte económica mediante un nuevo trabajo, una herencia o que te toque la lotería; apuesta a que el dinero tan pronto como llegue se irá. ¿el motivo? TUS CREENCIAS. Estas formas de pensar consciente o inconsciente harán que el dinero extra que hayas conseguido o esa oportunidad que podrías coger los dejes escapar, lo perderás o lo gastarás rápido, y todo por tus creencias.
La economía de estas personas refleja su economía personal y mientras sus creencias no cambien, su economía tampoco lo hará. Y si es algo tan malo ¿por qué dedican tantas horas a trabajar para ganar un extra para que les quede algo a final de mes?
Yo misma me sigo enfrentando a mis creencias en la actualidad. Es algo que cuesta mucho cambiar y no resulta nada fácil. Desde pequeña he vivido en un entorno de escasez y tener un extra de dinero me quemaba en las manos. Según mis creencias, siempre he pensado que lo único que podía hacer era encontrar un trabajo que mantuviera mis gastos, no endeudarme demasiado y vivir al día con lo que tenía. Cobrar un incentivo o aumento ni se me ocurría pedirlo y si me lo daban sin esperarlo, me sentía muy mal porque no me sentía merecedora de tal cosa.
¿pero que puedes hacer tú con algo tan arraigado e interno?
En primer lugar habla de dinero con total libertad y sin tapujos. Actualmente para las personas es más fácil hablar de sexo que de dinero. Si los valores son buenos y no son codiciosos, hablar de dinero y poseer dinero no es algo malo ni negativo.
El dinero potencia a la persona que lo posee, para bien o para mal. Es decir, que una persona no se vuelve mala persona por el dinero, simplemente el dinero potenciará cómo es esa persona. Una pistola podría servirte para defenderte o para hacer el mal con ella. Todo depende del uso que le des, y ésta potencia tu ser y tu esencia. El dinero es igual, es una energía neutra y su finalidad dependerá del uso que le des.
Desde pequeños en casa hay que hablar de dinero, enseñar a nuestros hijos a gestionar el dinero de forma correcta y razonable. No ser un tacaño que no gasta ni en pipas y tampoco un derrochador que no guarda un céntimo. Enseñar que de todo lo que se gane hay que dedicar una parte para guardar (solo de esta forma, pase lo que pase, es seguro que no te encontrarás con esos temidos finales de mes o cuestas de Enero o Septiembre, etc…).
Querer prosperar, conseguir tus sueños, ser rico, viajar, comprar y utilizar el dinero en las cosas que te gustan no se riñe con ahorrar, invertir y conservar. Hablar de dinero no es malo, así que pierde la vergüenza y enseña a tus creencias limitantes que no puedes seguir encadenado a ellas.
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